"En el altiplano andino, mama es la Virgen y mama son la tierra y el tiempo.
Se enoja la tierra, la madre tierra, la Pachamama, si alguien bebe sin convidarla.
Cuando ella tiene mucha sed, rompe la vasija y la derrama.
A ella se le ofrece la placenta del recién nacido, enterrándola entre las flores, para que viva el niño; y para que viva el amor, los amantes entierran cabellos anudados.
La Diosa tierra recoge en sus brazos a los cansados y a los rotos, que de ella han brotado, y se abre para darles refugio al fin del viaje.
Desde abajo de la tierra, los muertos florecen.
Se enoja la tierra, la madre tierra, la Pachamama, si alguien bebe sin convidarla.
Cuando ella tiene mucha sed, rompe la vasija y la derrama.
A ella se le ofrece la placenta del recién nacido, enterrándola entre las flores, para que viva el niño; y para que viva el amor, los amantes entierran cabellos anudados.
La Diosa tierra recoge en sus brazos a los cansados y a los rotos, que de ella han brotado, y se abre para darles refugio al fin del viaje.
Desde abajo de la tierra, los muertos florecen.
Eduardo Galeano - Memoria Del Fuego